Es un trastorno que se manifiesta por la dificultad para el aprendizaje de la lectura así como de su comprensión, a pesar de una educación convencional, una adecuada inteligencia y oportunidades socio-culturales.
Se refiere a la presencia de grandes dificultades en la asociación entre el código escrito, las normas ortográficas y la escritura de las palabras. De esta forma las dificultades residen en la asociación entre sonido y grafía o bien en la integración de la normativa ortográfica, o en ambos aspectos. Según García Vidal, la Disortografia es el conjunto de errores de la escritura que afectan a la palabra y no a su trazo o grafía.
La disgrafía es la escritura defectuosa sin que un importante trastorno neurológico o intelectual lo justifique, es decir es una función intelectual que coordina los movimientos de los ojos con los de las manos y el pensamiento. Solo cuando esta función está madura es posible escribir con corrección y agilidad.
Existen dos tipos:
- Disgrafía Motriz: se trata de trastornos psicomotores. El niño disgráfico motor, comprende la relación entre los sonidos escuchados, que los pronuncia perfectamente, y la representación gráfica de estos sonidos, pero encuentra dificultades en la escritura como consecuencia de una motricidad deficiente. Se manifiesta en lentitud, movimientos gráficos disociados, signos gráficos indiferenciados, manejo incorrecto del lápiz y postura inadecuada al escribir.
- Disgrafía Específica Se muestra con una mala percepción de las formas, en la desorientación espacial y temporal, a los trastornos de ritmo, etc. Compromete a toda la motricidad fina. Estos niños pueden presentar:
-
Rigidez en la escritura, con tensión en el control de la misma.
-
Impulsividad: escritura poco controlada, letras difusas, deficiente organización de la página.
-
Inhabilidad: escritura torpe, la copia de palabras plantea grandes dificultades.
-
Lentitud y meticulosidad: escritura muy regular pero lenta, se afanan por la precisión y el control.